La película “Todo en juego” es un un relato situado en un escenario paradisíaco -las playas todavía vírgenes de Oaxaca-, con personajes construidos desde la nostalgia o la curiosidad erótica o social. La casi fugaz referencia a 1989 sugiere otra lectura: la ópera prima de Alfredo Marrón Santander podría ser la última historia de la inocencia en México. Y anuncia, de manera tímida, los terrores de la violencia que habrán de venir en las siguientes décadas.
El relato de Alfredo Marrón Santander convoca a la inteligencia del espectador y se detiene en el momento que todo se transformará. Ofrece una bisagra entre el cine que muestra a una comunidad, y el cine que abreva en los géneros: thriller, terror, cine deportivo. Hay un adolescente enamorado que también quiere jugar beisbol. Y los aprendizajes que lo van dotando de una oscura, incierta madurez.
El guion de la tabasqueña María Diego retrata de manera suave el origen de la violencia y el narcotráfico en México. No es una película donde ves más muertes y violencia, más bien es cómo empieza a llegar, junto con esto que le llamamos progreso. María destaca que había contado esta historia de cuando ella era adolescente donde Tabasco era diferente y evidentemente se remite a esas épocas.
Ahora el filme “Todo en juego” próximamente podría alcanzar una nominación a los Premios Ariel 2021, está registrada en varias categorías y en ella participan María y y Antonio Diego Hernández, originarios del municipio de Cárdenas, Tabasco. La cinta está en las plataformas de FilminLatino y Amazon.
