¡Más mujeres en ciencia y tecnología! Tres habilidades que hay que inculcar en niñas
A nivel mundial -y también en México- las mujeres optan por alejarse de las profesiones ligadas a la ciencia, tecnología, ingenierías y matemáticas, áreas denominadas STEM, por su siglas en inglés (acrónimo de science, technology, engineering y mathematics). No obstante, en estas áreas radican los catalogados como trabajos del futuro debido a que se prevé que tendrán una alta demanda y, además, serán bien pagados. No obstante, ese futuro ya empezó.
Un ejemplo es la computación en nube: en el promedio mundial, sólo 12% de la fuerza laboral en esa profesión son mujeres; en México, 10% son mujeres y el 90% restante, hombres, esto de acuerdo con el Reporte de Brecha de Género Global 2020, del Foro Económico Mundial.
A fin de reducir dicha disparidad, distintas voces de todas las áreas –organismos internacionales, empresas, organizaciones, universidades, gobiernos– han llamado a acercar a las niñas a las ciencias y tecnología, toda vez que se ha detectado que detrás del problema hay estereotipos y factores culturales que asocian esas áreas como cuestiones masculinas.
Si bien se debe despertar en las niñas el interés por las áreas STEM, no todo es estudio y hay habilidades interpersonales y sociales que se pueden inculcar desde la infancia y que son imprescindibles para las profesiones tecnológicas, considera Laura Figueroa, docente y Product Manager del centro de educación tecnológica Bedu.
Estas soft skills pueden apreciarse en las niñas desde pequeñas y aun si no las tienen, se pueden trabajar en ellas para que las desarrollen. Desde su óptica como profesora, Figueroa destaca 3 habilidades que resultan útiles al momento de crear tecnología:
Apertura a la experimentación: la ciencia y la tecnología se basan en experimentar. Así, se puede ver qué hay niñas con gusto por probar muchos sabores de helados, por ejemplo. Eso se traduce a futuro en una capacidad para probar nuevas cosas.
Colaboración: esta habilidad de la mano de la comunicación está presente en niñas que se hacen amigas fácilmente de muchos niños. Esto resulta de ayuda porque la creación tecnológica requiere de trabajo en equipo, no es una actividad solitaria.
Resiliencia: se ve en niñas que son muy persistentes, que saben atravesar por momentos complicados. Para desarrollarla, no se debe enseñar que “fallar está mal” porque en la tecnología, antes de tener un producto terminado, se superan muchas fallas y no debe haber frustración cuando alguna aparece.
“En un futuro, cuando estas mujeres salgan de las carreras y se enfrentan al mercado laboral, esas herramientas o habilidades son las que las empujan a que tomen posiciones de liderazgo, a que lleguen a ser directoras o gerentes o líderes de equipo, o simplemente a desarrollar tecnología, pero con una perspectiva mucho más abierta a las necesidades que tenemos como sociedad”, expresó Figueroa.
Aunado a esto, agregó, hay que quitar estigmas de que la tecnología no es sólo matemáticas o algoritmos, y que no hay que ser un genio matemático para ser programador, por ejemplo. Otro factor importante para acercar a las niñas y también a las mujeres jóvenes y adultas a las áreas STEM es el tener modelos de rol (role models), plantea Laura Figueroa.
En la medida que una niña ve a alguna mujer siendo exitosa en la ciencia o la tecnología, más puede interesarse en seguir su camino y romperá los estereotipos sociales. En su experiencia, la especialista en UX Research ha hallado que las empresas sí quieren contratar mujeres, pero batallan para encontrarlas y sin duda la presencia de mujeres en los equipos desarrolladores de tecnologías marca una diferencia en los resultados. Con información de Forbes.