Tarde de tradiciones en el bazar Capital

El Colectivo Bazar Capital abrió sus puertas a una celebración única, una mezcla perfecta entre tradición, cultura, arte y emprendimiento local.

Desde las cinco de la tarde, la explanada cobró vida. El viento movía suavemente el papel picado que decoraba los pasillos, y el aroma de las flores de cempasúchil se mezclaba con el de los antojitos recién preparados. Cientos de familias, amigos y visitantes se reunieron para vivir esta experiencia que no solo honraba a nuestros difuntos, sino que también celebraba la creatividad de los emprendedores chetumaleños.

Los primeros visitantes recorrían los puestos con curiosidad y asombro. Había velas artesanales, jabones naturales, ropa con diseños originales, figuras talladas en madera, postres típicos, dulces, bebidas locales y piezas únicas de arte. Cada emprendedor contaba una historia distinta: la de su esfuerzo, su pasión y su deseo de compartir un pedacito de sí con cada visitante.

Cada altar tenía un significado propio: velas encendidas, retratos, pan de muerto, calaveritas de azúcar y flores que, juntas, formaban un homenaje lleno de amor. Era imposible no sentirse conmovido ante la belleza y el respeto con que se recordaba a quienes ya no están físicamente, pero viven en la memoria colectiva.

El primer día del bazar cerró con un ambiente cálido y festivo. Las luces de los puestos seguían brillando, la música continuaba sonando y las familias se resistían a despedirse. Fue una noche en la que la tradición mexicana volvió a cobrar vida, demostrando que en Chetumal las raíces se honran con alegría, respeto y comunidad.