“El Eternauta” arrasa en Netflix y reactiva la búsqueda de los nietos desaparecidos de su autor, Germán Oesterheld
El reciente éxito internacional de El Eternauta, la serie argentina de ciencia ficción estrenada en Netflix, no solo ha cautivado a miles de espectadores alrededor del mundo. También ha reavivado una de las historias más dolorosas y emblemáticas de la dictadura argentina: la desaparición del escritor Héctor Germán Oesterheld, sus hijas y el misterio aún sin resolver del paradero de sus nietos nacidos en cautiverio.
A fecha de esta publicación, El Eternauta lidera el ranking de lo más visto en la plataforma, confirmando que la emblemática novela gráfica publicada por primera vez en 1957 sigue siendo, casi 70 años después, una obra de profunda resonancia social y cultural. Pero el renovado interés por esta producción ha tenido un efecto colateral inesperado: la reactivación de la campaña por encontrar a los nietos desaparecidos del autor, quienes podrían estar vivos sin conocer su verdadera identidad.
Germán Oesterheld: del laboratorio a la historieta
Héctor Germán Oesterheld nació en Buenos Aires en 1919. Aunque se licenció en Geología, su pasión por la escritura lo llevó a publicar su primer cuento a los 24 años. En los años cincuenta, fundó junto a su hermano la editorial Frontera, desde donde nacerían algunos de los títulos más revolucionarios de la historieta argentina. Su obra maestra, El Eternauta, apareció en 1957, con dibujos de Francisco Solano López, y pronto se convirtió en un clásico de la narrativa gráfica en español.
Con el tiempo, la historieta —originalmente una historia de ciencia ficción sobre una invasión alienígena y la resistencia humana en Buenos Aires— fue reinterpretada como una metáfora de la opresión política. Ese giro coincidió con la transformación personal de Oesterheld: del narrador de aventuras, al militante activo de los Montoneros, grupo guerrillero peronista de izquierda que enfrentó a la última dictadura cívico-militar argentina.
Una familia arrasada por la represión
Para los años 70, Oesterheld vivía con su esposa Elsa Sánchez y sus cuatro hijas: Beatriz, Diana, Marina y Estela. Todas, al igual que su padre, fueron secuestradas por el régimen militar. La primera fue Beatriz, en junio de 1976. Luego, en 1977, cayeron una a una sus hermanas. Ninguna sobrevivió.
El propio Oesterheld fue detenido y finalmente asesinado en 1978, presumiblemente en uno de los centros clandestinos de detención. Su caso, junto con el de sus hijas, se convirtió en uno de los ejemplos más desgarradores de la represión sistemática contra intelectuales y militantes durante la dictadura.
Los nietos nacidos en cautiverio
Lo que aún hoy sigue en la penumbra es el destino de los hijos que Diana y Marina llevaban en el vientre al momento de su secuestro. Según cálculos de los organismos de derechos humanos, el nieto o nieta de Diana podría haber nacido en noviembre de 1976. En el caso de Marina, se estima que el nacimiento ocurrió entre fines de 1977 y principios de 1978.
Con el impulso mediático de la serie, la organización H.I.J.O.S. (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) relanzó en redes sociales una campaña para encontrarlos. “¿Estás mirando El Eternauta? Si es así y naciste en noviembre de 1976 o entre noviembre de 1977 y enero de 1978 y tenés dudas sobre tu identidad o la de alguien que nació en esas fechas, contáctate”, dice el mensaje publicado en X (antes Twitter). La búsqueda sigue siendo parte de una lucha colectiva por la verdad, la justicia y la identidad.
El legado continúa: Martín Oesterheld
A pesar de la tragedia familiar, al menos uno de los nietos logró sobrevivir: Martín Oesterheld, hijo de Estela, fue criado por su abuela Elsa tras la desaparición de sus padres. Hoy, Martín es artista visual y ha seguido el camino de su abuelo. Participa como consultor creativo en la adaptación televisiva de El Eternauta, cerrando un círculo simbólico que une memoria, arte y justicia.
Una paradoja actoral: Darín entre la ficción y la historia
Uno de los detalles que más resuena entre los seguidores de la serie es el papel protagónico de Ricardo Darín, quien interpreta a Juan Salvo, el personaje principal de El Eternauta. Paradójicamente, en 2019 Darín también encarnó al fiscal Julio César Strassera en Argentina, 1985, el film que recrea el histórico juicio a las juntas militares responsables del genocidio argentino. Un guiño que resignifica la conexión entre la cultura popular y la memoria histórica.
Hoy, con cada nueva visualización de El Eternauta, no solo se redescubre una obra maestra del cómic latinoamericano, sino que también se impulsa el recuerdo de Germán Oesterheld, su familia y la deuda pendiente de encontrar a quienes aún no saben que su historia forma parte de una de las tragedias más profundas del siglo XX argentino.
