En cada rincón del emprendimiento local siempre hay historias que comienzan con una necesidad, pero se transforman en inspiración. Tal es el caso de Anahí Franco, fundadora —junto con su pareja— de Lin Lin Cositas y Más, un proyecto que nació hace tres años en Chetumal, impulsado por la falta de oportunidades laborales, pero que hoy se ha convertido en un ejemplo de creatividad, constancia y crecimiento personal.
Durante la entrevista, Anahí nos abrió la puerta a un mundo lleno de colores, detalles y productos que transmiten cariño. Su catálogo abarca múltiples novedades, pero su sello especial está en los vasos térmicos, las agendas, las tazas y los artículos personalizados, piezas que los clientes buscan no solo por su utilidad, sino por el toque único que representa a cada persona.
Lo que inició tímidamente como una alternativa para generar ingresos, pronto comenzó a tomar forma gracias al esfuerzo diario y a la alegría que Anahí encontraba en crear cosas nuevas. Con dedicación y paciencia, descubrió que personalizar artículos era más que un trabajo: era una forma de conectar con la gente. Y esa conexión comenzó a dar frutos. Clientes que probaban un producto volvían a buscar otro; algunos recomendaban su trabajo; y poco a poco, “Lin Lin Cositas y Más” se convirtió en un nombre familiar dentro de los bazares y espacios de emprendedores.
Hoy, una de las mayores satisfacciones de Anahí es cuando en la calle alguien la reconoce como “la chica de los vasitos” o “la que personaliza las tazas”. Para ella, eso representa un avance enorme: significa que su esfuerzo está dejando huella y que su emprendimiento se ha ganado un lugar gracias a la calidad y la cercanía con sus clientes.
Pero como en todo camino de crecimiento, los retos no han faltado. Anahí los ve, sin embargo, no como obstáculos, sino como oportunidades para aprender, mejorar y expandir sus capacidades. Uno de sus próximos objetivos es implementar láser a color, una herramienta que le permitirá elevar aún más la calidad de sus productos y ofrecer diseños más vibrantes y profesionales. Su visión es clara: seguir avanzando, seguir creando, seguir sorprendiendo.
En su historia, los bazares han tenido un papel fundamental. Anahí agradece profundamente que existan estos espacios, pues han sido claves para que más personas conozcan su trabajo, para relacionarse con otros emprendedores y para construir una comunidad de clientes fieles. Cada evento le ha permitido crecer un poco más, y cada venta le recuerda que tomó la decisión correcta cuando se atrevió a emprender.
“Lin Lin Cositas y Más” es un recordatorio de que los sueños pueden construirse con esfuerzo, paciencia y amor por lo que se hace. Desde Chetumal, Anahí
ranco demuestra que cuando alguien transforma una necesidad en una oportunidad, puede crear un proyecto que inspire a toda una comunidad





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