A casi dos décadas de su trágica muerte, el nombre de Valentín Elizalde, “El Gallo de Oro”, sigue generando controversia en el mundo del regional mexicano. El cantante fue asesinado el 25 de noviembre de 2006, tras presentarse en el Palenque de la Expo-Feria de Reynosa, Tamaulipas.
Su camioneta fue emboscada por un grupo armado mientras regresaba al hotel; en el ataque murieron Elizalde, su chofer y su manager. Solo su primo, Tano Elizalde, sobrevivió, lo que desde entonces generó múltiples teorías y sospechas.
Recientemente, nuevos detalles han avivado el debate público sobre los motivos detrás del crimen. En una entrevista para el programa *Al Rojo Vivo*, el hermano del cantante afirmó que una posible relación extramarital entre Valentín y la esposa de un integrante de un grupo criminal podría haber sido la causa del ataque, lo que cambiaría por completo la narrativa mantenida hasta ahora.
La controversia aumentó luego de que se revelara que Tano Elizalde contrajo matrimonio con Gabriela Sabag, la única esposa reconocida legalmente de Valentín y quien fue designada albacea de su herencia. La noticia fue confirmada por la periodista Linet Puente en el programa Ventaneando, donde se mostró parte del expediente legal que acredita el enlace.
Este hecho ha sido interpretado por algunos como una traición post mortem, y ha generado aún más dudas sobre la conducta de Tano, quien ha sido objeto de señalamientos desde 2006 por su papel en los hechos.
El documentalista Ricardo Huerta, autor del trabajo El sobreviviente Elizalde, declaró que la relación entre Tano y Gabriela era prácticamente inexistente antes de 2019. “Sólo habían tenido una llamada. No se habían visto en 13 o 15 años”, señaló. Estas palabras contradicen la idea de un vínculo cercano previo entre ambos.
Por su parte, Marisol Castro, exesposa de Tano, fue quien confirmó públicamente la relación con Sabag, calificándola como “sospechosa” y cuestionando la lealtad de su exmarido hacia Valentín Elizalde.
Las nuevas revelaciones reviven la incógnita que ha perseguido al caso por años: ¿fue Tano simplemente una víctima más o sabía más de lo que admitió? Por ahora, el misterio sigue sin resolverse.
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